jueves, 17 de noviembre de 2011

CÓMO SALIR DE LA DEPRESIÓN

La convivencia familiar, los amigos, el apoyo, el cariño, son la mejor medicina para alguien con trastornos depresivos.



Los trastornos depresivos hacen que uno se sienta exhausto, inútil, desesperanzado y desamparado. Esas maneras negativas de pensar y sentirse hacen que las personas quieran darse por vencidas. Es importante ser consciente de que las maneras negativas de ver las cosas son parte de la depresión. Los pensamientos negativos desaparecen cuando el tratamiento empieza a hacer efecto. Mientras tanto hay cosas que se pueden realizar para ayudarse a sí mismo:



No aislarse ni quedarse solo: es necesario buscar la compañía, confiar en alguna persona; siempre es mejor que estar solo y no hablar con nadie. La persona deprimida que ha recibido recientemente malas noticias, o que ha experimentado un trastorno importante en su vida, debe contárselo a personas cercanas, contarles qué pasó y cómo se siente al respecto. Esto ayudará a revivir la experiencia dolorosa en varias ocasiones, facilitará el llorar y posibilitará el poder encontrar soluciones.



Hacer algo, no quedarse sin actividad: el salir de casa y hacer ejercicio ayudan mucho, aunque solo sea el dar un largo paseo, ir a un juego deportivo o participar en actividades recreativas, religiosas, sociales o de otro tipo. Esto ayudará a mantener la mente alejada de contenidos o sentimientos dolorosos que únicamente consiguen deprimir más. Al aumentar el nivel de actividad la persona comprende poco a poco que no está incapacitada.



Una dieta completa y equilibrada: en la depresión no apetece comer. No importa. La fruta fresca y las verduras están especialmente recomendadas. Las personas con depresiones graves pueden perder peso y perder sus reservas de vitaminas, lo cual las hará sentirse peor.



No al alcohol o drogas: el alcohol acaba por deprimir más. Una persona deprimida que consume alcohol no buscará la ayuda adecuada para su trastorno y dejará de buscar alternativas a sus problemas.



En caso de insomnio: escuchar radio o ver la TV mientras el cuerpo está en reposo ayudará, incluso si la persona no se encuentra adormecida, y se sorprenderá quedándose dormida por el simple hecho de no estar preocupada por su insomnio.



Metas realistas: hay que tomar en cuenta la depresión y no tratar de asumir una cantidad excesiva de responsabilidades. Las metas deben dividirse en partes pequeñas, estableciendo prioridades y haciendo lo que pueda cuando pueda.



Familia y amigo, ¿cómo ayudan?

En primer lugar, siendo un buen oyente (muy paciente si usted ya escuchó toda la historia previamente) es muy importante.

Dedicar tiempo a las personas deprimidas, animándolas (pero no intimidándolas) no sólo a hablar, sino también a hacer actividades físicas, a salir a pesar del desánimo y de la desgana que puedan tener.



La convivencia familiar, el apoyo, el cariño, son la mejor medicina para una persona depresiva. El apoyo terapéutico y farmacológico también puede ayudar. Sin embargo, debemos tener mucho cuidado y acudir a especialistas, a profesionales éticos, con principios y valores religiosos que nos ayuden a resolver este desajuste. Si la persona deprimida empeora o empieza a decir que no desea vivir o incluso insinúa la posibilidad de hacerse daño, tome en serio estas afirmaciones y asegúrese de que su doctor está informado.



Lo fundamental: la fe en Dios

La vida interior, la piedad, la oración, la preocupación por los demás, el no ensimismarse y pensar solamente en uno mismo abren una nueva solución de fondo y de raíz a la depresión. Con frecuencia nos olvidamos de la dimensión espiritual de nuestro ser y al hacerlo cerramos las puertas de nuestro corazón hacia uno mismo y nos olvidamos de la maravilla y de la felicidad que da el compartir y el abrirse a las necesidades de los otros.



“Si yo no tengo amor yo nada soy, Señor”, afirma san Pablo. ¡Qué razón tiene! La falta de amor abre un abismo sin fondo, crea un vacío imposible de llenar con algo más que no sea precisamente el amor. La depresión surge cuando nos sentimos vacíos, sin un sentido en la vida, sin valor; pues bien, la solución es llenarse de amor, buscar en lo más íntimo de uno mismo con apertura a los demás el porqué de nuestra existencia y el para qué.



De encuentra.com, adaptación.

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